lunes, 26 de octubre de 2009

Familias hundidas por la crisis

REPORTAJE: ROTOS POR EL PARO

Familias hundidas por la crisis

El paro crónico abre un duro panorama de conflictos familiares. EL PAÍS ha recogido testimonios de afectados que quieren explicarse, y también los de aquellos otros a los que el orgullo y la vergüenza impiden incluso pedir ayuda públicamente

JOSÉ LUIS BARBERÍA 25/10/2009

Es como si una buena parte de la población estuviera con el agua al cuello braceando nerviosa y respirando con dificultad mientras la marea sigue avanzando. Tras inundar los consabidos sótanos de la precariedad y la exclusión social, la crisis ha alcanzado cotas de la clase media y ha penetrado en estancias tenidas por seguras. La expresión "nunca hubiera imaginado que esto podía pasarme a mí", se recita estos días en una letanía penitente surgida del estupor, la exasperación o la vergüenza. "Hace dos años me ganaba muy bien la vida de autónomo con una pequeña empresa de la construcción. Miraba a la gente que duerme en los bancos de la calle como si fueran marcianos, pero ahora he empezado a comprenderlos porque la distancia que me separa de ellos es ya mínima", dice Mariano Pérez Sandoval, de 47 años, portavoz de la asamblea de parados de Granada.

"Para salir adelante, lo primero es aceptar nuestra condición de pobres", piensa una víctima del desplome

"La clase media optará entre la exigencia del cierre de fronteras o la solidaridad", dice el profesor Pedro Cabrera

"También las personas deberíamos poder declararnos en quiebra", plantea un joven de la asamblea de parados

"Era tan fácil pedir crédito", se lamenta un inmigrante en paro con cuatro hijos y una deuda de 110.000 euros

La crisis ha arrojado al paro a un millón largo de personas en los últimos 12 meses, y hay muchos hogares con todos sus miembros en el desempleo. Trabajadores de la construcción y de la industria casados o en edad de procrear, jóvenes de escasa formación con contratos temporales, mujeres solas con hijos a su cargo, hombres separados y personas mayores tienen preferencia a la hora de ingresar en el nuevo "ejército de los pobres". Y es que, asfixiadas por las deudas y sin alternativa formativa para el recambio profesional, buena parte de estas gentes parecen abocadas a traspasar el umbral de la pobreza -ingresos inferiores al 60% de la renta media- e incrementar ese 20% de pobres (15% en la UE-25) que ha permanecido casi inalterable a lo largo de las tres "décadas prodigiosas" de bonanza económica.

En su informe a la comisión del Senado que analiza la exclusión social, el profesor de Ciencias Políticas de la Pompeu Fabra Sebastián Sarasa advierte del riesgo de que el hambre se instale en hogares de familias con hijos pequeños. Las diferentes Cáritas diocesanas acusan a la Administración pública de practicar la "dimisión de responsabilidades" en los servicios sociales, al tiempo que se declaran incapaces de "sustituir la misión del Estado". Algunos analistas creen que el 40% de los hogares españoles está amenazado en mayor o menor grado por esta crisis.

Sumergirse en el problema para ponerle ojos y rostros a la estadística, tomarle la temperatura a la angustia, palpar la densidad de la devastación, es exponerse a testimonios sobrecogedores, por mucho que se pretenda huir de los casos más tremebundos. En su versión más cruda, la crisis no ha tocado fondo en las colas ante los almacenes de alimentos de Cáritas, en las oficinas municipales de servicios sociales, en los comedores sociales y los albergues, en las asambleas de parados, en las reuniones de afectados por los embargos. Lo que se encuentra en esos circuitos son, sobre todo, gentes que no hacen pie. Algunos aceptan contarlo; otros muchos se niegan, porque la miseria se oculta y camufla frecuentemente, y el orgullo y la vergüenza impiden, a menudo, gritar socorro.

"Nosotros, como los toxicómanos con lo suyo, tenemos que aprender que para salir adelante lo primero es aceptar nuestra condición de pobres", susurra entre lágrimas Jacinto Alejandro Silvente, comercial del sector mobiliario y la decoración de lujo arruinado tras el desplome de la construcción. Este hombre de 57 años, educado en Francia, nada religioso, profesa una devoción absoluta a los voluntarios de Cáritas de Valencia -"nos han salvado la vida", enfatiza-, porque le trataron con "muchísima dignidad" y antes de pedirle la documentación de su caso les llenaron de comida el frigorífico. "Al contrario que en el Ayuntamiento, donde nos citaron para dos meses más tarde, ellos se dieron cuenta de que no teníamos nada para cenar, saben lo que significa un día para el necesitado".

Jacinto vive con su mujer, una hija separada y una pequeña nieta en el piso de su suegra, que falleció hace unos meses. "Compartió con nosotros su casa y su pensión de 600 euros", dice, y en ese momento se interrumpe vencido por la emoción. Tras consultar con la mirada a su mujer, como si lo que se disponía a decir resultara demasiado doloroso o escandaloso, cuenta que al morir su suegra y suprimirse la pensión empeñaron las joyas de la desaparecida en el Monte de Piedad. Durante estos meses terribles de búsqueda desesperada, "conserje o intérprete de idiomas para extranjeros, lo que sea", Jacinto ha hecho un cáncer de vejiga, y su mujer, Ángeles Serrano, de 55 años, ha entrado en tratamiento psicológico. Ella, que siempre dispuso de asistenta en casa, se ofrece como interina por horas.

El seísmo es de tal magnitud que está expulsando de sus hogares a aquellos que, con una economía familiar precaria y poco conscientes de encontrarse en la cuerda floja laboral, se lanzaron a adquirir una vivienda, contagiados por una euforia crediticia desaforada que ha llegado a abarcar el coche, las vacaciones y la televisión de plasma. La pérdida de uno de los dos sueldos, el destinado a la hipoteca, es, en esos casos, la antesala del embargo, el resquebrajamiento del proyecto familiar, la catástrofe. El hacinamiento severo y el subarriendo de habitaciones a precios abusivos se extienden por el país del millón de viviendas vacías. Son las ocho de la noche en un piso de Cáritas del centro de Valencia. El hispano-colombiano Gustavo Adolfo Maldonado, de 34 años, se afana en preparar la cena de sus hijos, cuatro caritas aseadas de 11, 9, 2 y 1 años que corretean por la sala. Falta la madre, Diana, de 30 años. Trabaja de interina en Londres y con lo que gana mantiene a su familia. Salió de España cuando todavía amamantaba a la más pequeña porque, cerradas todas las puertas, Londres, donde vive su hermana, pareció la única vía de supervivencia. No es un caso aislado. La desagregación familiar amenaza particularmente a las parejas inmigrantes en apuros. La falta de red familiar y social obliga con frecuencia a uno de los dos a regresar a su país de origen.

Gustavo vino a España hace nueve años. Trabajaba en la Ford de Almusafes como soldador y ganaba 1.600 euros que, sumados a los 700 que sacaba su mujer en la hostelería, les animaron a embarcarse en un crédito de vivienda de 138.000 euros. "Tres años después, habíamos rebajado la deuda a 110.000, pero llegó la crisis, no me renovaron el contrato y mi mujer perdió el empleo", cuenta con una cadencia dulce y esa elegancia tonal de los latinoamericanos. "Hubo que optar entre comer o pagar la hipoteca. En el banco me indicaron que mis problemas personales no les interesaban". A la espera de los 420 euros de la ayuda posdesempleo y mientras aguarda la orden de desahucio, saca un dinero con el alquiler de su piso. Comenta que, al principio, le costó mucho hacerse cargo de los niños y que todas las mañanas tiene que hacer un esfuerzo para no derrumbarse ante ellos, pero que adora a su mujer. "Como dicen ustedes, hay que tener un par para irse así, a Londres. Nos comunicamos por el Skype de Internet, que le sale casi gratis. Es el único capricho que nos damos: poder vernos y hablarnos. Ella sufre mucho por no poder abrazar a sus niños".

Descomponer la estadística del paro por grupos sociales ayuda a hacerse una idea más cabal de la sociología de la devastación. Y es que los inmigrantes y los jóvenes, víctimas preferentes de la precariedad laboral, soportan tasas del 36% de paro, tres veces más que los autóctonos maduros. Aunque las políticas varían notablemente de una autonomía a otra, las familias de inmigrantes sin permiso de residencia encuentran muchas más dificultades para acceder a las rentas mínimas, excepto en Euskadi, donde existe una suerte de salario social. Los profesionales y voluntarios que trabajan a pie de obra con los más necesitados -no esperen ahí a los sindicatos- alertan de que el grueso de los parados entrará pronto en la segunda fase, caracterizada por el agotamiento de las prestaciones sociales y la acumulación de los problemas.

No es arriesgado suponer que la cronificación del paro abrirá un panorama de conflictos familiares -los divorcios disminuyen, probablemente porque la gente no puede pagárselos, pero aumentan los malos tratos y las rupturas afectivas bajo el mismo techo-; y regreso a la ilegalidad de inmigrantes que necesitan renovar sus contratos de trabajo para poder seguir residiendo en nuestro país. "Dentro de un año habrá aumentado mucho la economía sumergida, la prostitución autóctona y los pequeños robos y atracos", vaticina Mercè Darnell, analista de Cáritas. Es seguro que los 30.000 sin techo que vagabundean en nuestro país encontrarán nuevos compañeros en su viaje a ninguna parte.

"Era tan fácil pedir crédito. Como los alquileres estaban casi tan altos como las cuotas de las hipotecas, parecía cosa de tontos no meterse en un piso", exclama Gustavo Gaytán Ardilla, de 46 años, padre de dos hijos, colombiano de Bogotá, conductor profesional. Al igual que otros "ahogados por las hipotecas", él también se ha unido a grupos alternativos juveniles catalanes que pelean desde hace años por el derecho a la vivienda. Por chocante que pueda resultar la unión de estos inmigrantes autónomos de edad madura con los jóvenes contestatarios barceloneses, hay que creerlos a pie juntillas cuando te dicen, con la emoción en los ojos, que estos muchachos son las únicas personas que les han escuchado y animado a luchar. Escuchar al necesitado merece convertirse en precepto, a la altura de "dar de comer al hambriento" o "visitar al enfermo", que predica la caridad cristiana. Tal es la sensación de invisibilidad y nulidad que ataca a los parados más indefensos.

"El pasado 6 de enero, día de Reyes, Gustavo Gaytán conducía un camión frigorífico cargado de fruta por las inmediaciones de Nápoles, después de haber pasado todas las navidades solo, en la carretera, lejos de su familia. Se encontró en una recta muy larga con final en curva cerrada que salvaba un precipicio. La idea empezó a abrirse paso en su cabeza: "no cojas la curva y acaba con la hipoteca y con todo". Iba lanzado, pero clavó las ruedas en el asfalto en el último segundo porque dice que pensó en sus hijos y en ese matrimonio de españoles que, llevado por su generosidad, le avaló el crédito hipotecario con su propia vivienda y que ahora puede quedarse en la calle, como él. "Me pone enfermo ver lo que están sufriendo por mi culpa, pero no puedo hacer nada. Cuando firmé el crédito llegaba a ganar con las horas extras y los fines de semana hasta 3.800 euros al mes, mientras que ahora, en el taxi, apenas saco 1.200. Mi piso salió a subasta en julio y esto es ya un proceso imparable", dice.

Tal y como lo explican los damnificados, el proceso judicial se desencadena inexorablemente a partir de una serie de cuotas impagadas, aunque los jueces se lo piensen muy mucho a la hora de ejecutar el desahucio. "Embargan tu casa, la sacan a subasta y como no hay subasteros que pujen, el mismo banco se la queda por el 50% de su valor de tasación. Hacen un buen negocio y tú te quedas sin el piso, con la deuda pendiente y con el pago de las costas judiciales que, en mi caso, suponen la barbaridad de 73.000 euros. Es una condena de por vida".

En estos encuentros soplan vientos tempestuosos contra los bancos y los gobiernos. "Que se enteren los políticos: si la gente no paga es porque no puede. Debería caérseles la cara de vergüenza al ver que se embargan casas con niños y que gente adulta tiene que vivir de la pensión de sus padres", alza su voz ronca María Blanca Yaya, de 44 años, vecina de Alfacar (Granada), separada y con un hijo de 16 a su cargo. "Mis clientas tenían a sus maridos en el andamio y cuando la construcción se vino abajo tuve que cerrar mi tienda de ropa. Mi piso sale a subasta el 10 de noviembre", afirma, exasperada.

También a Elena Diéguez se le ha hundido el mundo este año. Maltratada por su marido, separada y con un niño de tres años, vive con 421 euros de la ayuda familiar. "Lo mío es para echarse a llorar y no parar; mi marido no me pasa la pensión y ya no sé qué hacer para conseguir un trabajo", indica esta bilbaína de 35 años, camarera de profesión. Desde que quebró la empresa familiar de la construcción, en el hogar de Celia Díaz Campos, de 39 años, con dos hijos, no entra otro salario que los 480 euros que gana como limpiadora de fin de semana en un hospital. "Estamos en la ruina. Nos han quitado el piso, la maquinaria y los vehículos. Si comemos en casa es gracias a la pensión de mi padre y a la ayuda de mis hermanos". Los anuncios de que las grandes corporaciones repartirán beneficios crispan muchos los ánimos. "También las personas deberíamos poder declararnos fallidas, en quiebra, como en Inglaterra", plantea uno de los jóvenes asamblearios.

"He llegado al punto de que me fallan las fuerzas para seguir buscando trabajo", dice Dora Cubilla, de 38 años. En 2006 dejó su puesto de profesora de matemáticas en un instituto de Buenos Aires para seguir a su marido. La crisis les ha pillado de lleno y como ya no les llega para vivir, ella trata de emplearse en lo que salga, limpiando casas a cuatro euros la hora, lo que sea. "Hasta ahora creía que tener tres hijos era una bendición, pero he descubierto que cuando se trata de buscar trabajo resulta un obstáculo insalvable. Ser mujer y extranjera tampoco ayuda, seguro. Estoy tan desesperanzada", dice, y se aprieta las manos en un gesto nervioso, "que he empezado a dudar de mí misma, de mi capacidad, de mi propia identidad. Y menos mal que aquí, en Castellón, está la Fundación Patim, que nos ayuda mucho", indica. Castellón es un buen exponente del terremoto que ha sacudido nuestro país. En poco más de un año, la provincia que ostentaba el privilegio del pleno empleo técnico -menos del 5% de paro- ha pasado a liderar la destrucción masiva de los puestos de trabajo.

Ahora que no trabaja en la obra, sólo alguna chapuza ocasional, el nigeriano Clive Edosa Uwadiae, un hombretón de 36 años, se levanta todos los días con el cuerpo hecho polvo y una punzada de dolor en la cabeza. Como no puede pagar la hipoteca, trata, infructuosamente, de que el banco se quede con su piso a cambio de la deuda. "Necesito un trabajo para comer y renovar mis papeles", insiste. Por primera vez en los 10 años que lleva en España, Clive no ha enviado este mes a Nigeria los 150 euros que permiten vivir a su numerosa familia. "Sería triste volver, porque mi pueblo sólo es bonito cuando lo miras desde lejos". La cosa se ha puesto imposible para gentes como José Luis Coronado, un antiguo heroinómano con antecedentes que necesita culminar su larga rehabilitación con la estabilidad de un empleo. "El trabajo es la manera de cerrar definitivamente la puerta del pasado. La gente con problemas tiene malos pensamientos cuando está parada y a algunos nos resulta difícil abrirnos a pedir auxilio", indica.

"¿No podéis ayudarnos? No tenemos nada que comer". El alcalde de Yuncos (Toledo), Gregorio Rodríguez (PP), oyó esta súplica desde su despacho un mañana de enero. Surgió así el plan municipal que otorga vales de comida e higiene por valor de dos euros por persona y día a los miembros de las familias en paro empadronadas que no sumen más de 120 euros en subsidios. "Una familia de cuatro miembros se asegura comida por valor de 56 euros semanales sin necesidad de ponerse a la vista de todo el mundo en un comedor social. Es suficiente para sobrevivir haciendo economías y el gasto sólo supone el 1% del presupuesto municipal, nada que no podamos ahorrar reduciendo partidas como la dedicada a las fiestas", indica el alcalde. Su vecino Juan María Sánchez, casado y con un hijo, dice que si comen en casa es gracias a esta ayuda. "Cobro 700 euros de paro y pago 500 de alquiler; el mes que viene tendremos que meternos en una habitación".

Todas y cada una de las personas que los viernes a mediodía recogen su sobre con el vale de comida tienen una historia que contar, pero pocas tan desgraciadas como la de este hombre menudo de 41 años, Antonio López, carpintero encofrador, padre de dos mellizos de ocho años que sale de las oficinas municipales con los ojos enrojecidos. Cuenta que al quedarse en paro se le ocurrió abrir un bar con un préstamo hipotecario avalado con el piso de sus padres. El negocio resultó ruinoso y sus padres se han quedado sin casa. "Vivimos gracias a los 700 euros de la pensión. Busco trabajo, pero también tengo que criar a mis hijos. Mi mujer se suicidó con pastillas hace dos meses. Mirando sus papeles, nos enteramos de que le habían diagnosticado un cáncer. Se ve que no pudo aguantar más, pero nos ha dejado muy solos a los tres".

A riesgo de que sus palabras suenen peregrinas en los estratos más castigados por la crisis, Laia Fábregas, autora del documental 501, que expone las emociones de un grupo de mujeres de mediana edad despedidas de Levi's, pone un toque esperanzador con la idea de que el paro puede ser también una segunda oportunidad individual y colectiva. Economista y hoy directora del Instituto de Cine Catalán, Laia Fábregas sostiene que "la crisis está pidiendo a gritos que pensemos qué sociedad queremos ser". En un plazo más inmediato, el país de la OCDE que más desempleo y trabajo precario crea y que gasta en protección social siete puntos menos que sus vecinos de la zona euro, tendrá que decidir cómo abordar el problema.

"La clase media optará entre dos reacciones básicas: la del miedo y la de la solidaridad. La primera se salda con demandas de cierre de fronteras, penalización de la acogida de inmigrantes irregulares, crecimiento de la población encarcelada y atrincheramiento en los privilegios adquiridos", afirma Pedro Cabrera, profesor de sociología en la Universidad de Comillas. "Si se opta por la solidaridad, deberíamos ir más allá de la beneficencia y de los comedores de caridad e interrogarnos sobre el desastre burocrático de las ayudas, la bajísima dotación de recursos y la descoordinación entre las diferentes áreas de la Administración. Eso significaría reorganizar eficazmente los sistemas de protección social, darles una mayor prioridad presupuestaria y cobrar los impuestos correspondientes a todos aquellos que deben pagarlos", subraya Pedro Cabrera.

Se trata de evitar el desmoronamiento de una parte de la sociedad. Conseguir salir de esta crisis sin el corazón colectivo demasiado encanallado ya sería un triunfo.

jueves, 22 de octubre de 2009

Comunicado de la CXIV Asamblea Ordinaria de los Obispos de Andalucía

Comunicado de la CXIV Asamblea Ordinaria de los Obispos de Andalucía
 
Escrito por Ecclesia Digital   
miércoles, 21 de octubre de 2009

Durante los días 19 y 20 se ha celebrado en Córdoba la CXIV reunión conjunta de los Obispos de Andalucía, que comprende las Diócesis de Sevilla, Granada, Almería, Cádiz, Córdoba, Guadix, Huelva, Jaén, Jerez y Málaga.

El significado y celebración del Año Sacerdotal, la participación en la Jornada Mundial de la Juventud han sido los asuntos centrales de esta reunión. En otro orden de cosas, han tomado el pulso a la situación de la enseñanza religiosa escolar y otros asuntos de trámite.

Año Sacerdotal y vocaciones
El Año Sacerdotal convocado por Benedicto XVI es un momento extraordinario en la vida de la Iglesia, para evitar en todos sus miembros la conciencia y la estima del significado y la necesidad del ministerio sacerdotal. Es una llamada del Papa para promover el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes para que su testimonio evangélico sea intenso e incisivo. Las diócesis andaluzas llevarán a cabo varias iniciativas, entre las que figuran la peregrinación internacional del clero a Roma, en el próximo mes de junio, y la celebración de la patrona del clero español San Juan de Ávila. 

En este contexto, D. Ignacio Gaztelu, Rector del Seminario de Jerez, y D. Antonio Prieto, Rector del Seminario de Córdoba, presentaron sendos estudios sobre la pastoral de las vocaciones. El ministerio sacerdotal pertenece a la esencia misma de las vocaciones, como dimensión inherente a la tarea que corresponde a todos, en particular a los padres cristianos, a los sacerdotes, a los catequistas, a los educadores, a los dirigentes de movimientos y asociaciones. Es necesario promover la cultura vocacional y favorecer los diversos cauces de orientación y acompañamiento, desde las parroquias, los seminarios mayor y menor, y otros ámbitos de la Iglesia. 

Encuentro Mundial de la Juventud Madrid 2011
Los delegados diocesanos de pastoral de Juventud, en representación de ambas Provincias Eclesiásticas, D. Francisco Mingorance y D. Pedro Cabellos, han informado sobre el programa de actos y la participación de los jóvenes en el Encuentro Mundial de la Juventud Madrid 2011. Los jóvenes de ambas Provincias Eclesiásticas iniciarán este camino encabezados por la Cruz de los Jóvenes y el Icono de María durante los próximos meses de marzo a mayo. Ya se ha iniciado la organización de los servicios que se ocuparán de los diversos actos a desarrollar, de la acogida de jóvenes extranjeros y del viaje a Madrid en agosto de 2011. 

Los obispos han valorado positivamente el Movimiento Scout Católico de Andalucía. Sus dirigentes D. Javier Alcázar y D. Miguel Ángel Montero han presentado la Memoria de Actividades que atiende más de seis mil niños y jóvenes andaluces. 

Enseñanza 
D. Francisco Ruiz, secretario técnico de enseñanza, presentó un amplio informe sobre la situación de la enseñanza religiosa escolar. Los Obispos revisaron los cauces de diálogo con la Administración educativa y los problemas relacionados con la asignatura de Religión Católica y su profesorado. En particular, se consideró el número de matrículas en la asignatura de Religión en el presente curso escolar y la aplicación del Decreto de vacances del 26 de junio de 2009.  

Se comprueba que el número de matrículas se mantiene en el conjunto de Andalucía frente a la opinión de la drástica disminución de esta enseñanza. Los Obispos consideran muy necesario promover la unidad del sector de la enseñanza católica, que significa el 22% de la educación en Andalucía, y la revitalización de los órganos de comunicación y participación diocesanos y regionales.

Finalmente, D. Miguel Cruz Santiago ha sido nombrado presidente de la HOAC de Andalucía.

El 29% de los andaluces viven bajo el umbral de la pobreza

El 29% de los andaluces viven bajo el umbral de la pobreza

Un 69,9% de los andaluces tienen dificultades para llegar a fin de mes y un 25,4% de hogares ven descender sus ingresos en el último año, según el INE.

europa press, sevilla | Actualizado 21.10.2009 - 19:53
 
El 28,9% de residentes andaluces, 9,3 puntos por encima de la media nacional -19,6%- vive por debajo del umbral de pobreza relativa, según recoge la Encuesta de Condiciones de Vida del año 2008 hecha pública por el Instituto Nacional de Estadística (INE), donde se apunta que la renta media por persona en el año 2007 se cifró en la Comunidad en 7.743 euros anuales.

Según dicho estudio, Andalucía presenta, junto a Extremadura (con un 38,4%), las mayores tasas de riesgo de pobreza en España, mientras que las comunidades con menor proporción de población por debajo de dicho umbral son Navarra (6,5%) y el País Vasco (8,5%).   

Analizando la renta media por persona en Andalucía, en el año 2007 se cifró en 7.743 euros anuales, frente a los 9.560 euros de media nacional, mientas que la renta media por hogar ascendió a 22.146 euros en 2007. Asimismo, la renta media por unidad de consumo ascendió a 11.959 euros. En todos los casos, Andalucía es la comunidad, junto a Extremadura, con niveles más bajos de renta de España.

Asimismo, en 2008 un 69,9% de los andaluces tenían algún grado de dificultad para poder llegar a fin de mes, un porcentaje superior al 60% de media nacional y que se ha incrementado en relación con 2007, cuando el 66,7% de hogares no podían llegar a final de mes. De forma inversa, descendió en 2008 el número de hogares con facilidad para completar el mes en Andalucía, pasando del 33,3% de 2007 al 30,1% de hogares con facilidades en 2008.

Por otro lado, el 51,1% de los andaluces (hogares) no se pueden permitir ir de vacaciones fuera de casa más de una semana al año, porcentaje muy superior al 33,5% nacional. Asimismo, el 39,1% de las familias con hijos no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos y en un 7,8% de los hogares no se mantiene la vivienda con una temperatura adecuada durante los meses fríos.

El ingreso monetario medio neto por hogar percibido durante 2007 ascendió a 22.146 euros, frente a los 26.010 euros de media nacional, lo que vuelve a colocar a Andalucía en los niveles más bajos de la tabla, junto a Extremadura.  Además, un 2,6% de hogares andaluces no tenían préstamos pero los necesitaban, lo que traduce en 73.100 hogares en esta situación.

Asimismo, un 25,4% de hogares andaluces registraron un descenso notable en los ingresos en los últimos 12 meses, un total de 713.600 hogares, lo cual vino motivado en un 32,3% por la pérdida de puestos de trabajo o por encontrase en situación de desempleo.

Además, un 23,5% de hogares andaluces esperan que la situación en los próximos 12 meses sea peor a la actual, un 55,4% consideran que la situación será "más o menos igual" y un 20,1% cree que la situación mejorará. En 2007, un 59,8% de hogares percibían algún tipo de prestaciones sociales, lo que se traduce en 1.683.200 hogares andaluces.

En cuanto a los gastos mensuales medios de la vivienda, en Andalucía ascendieron a 236 euros, cifra inferior a la media nacional de 296 euros. Asimismo, un 24% de andaluces en 2008 no tenían ordenador personal por no podían permitírselo, frente al 17,6% a nivel nacional, mientras que un 30% no tenían coche propio por ese mismo motivo, frente al 22,7% de media nacional.

En relación con los problemas en la vivienda, el 6,4% de los andaluces sufrió escasez de luz natural en su vivienda en 2008. Mientras que en función de la zona donde está ubicada, el 10,9% padeció contaminación u otros problemas medioambientales, un porcentaje inferior al 13,2% de media nacional; el 15,1% se vio afectado por la delincuencia y el vandalismo y el 19,5% sufrió ruidos producidos por vecinos o procedentes de la calle, porcentaje inferior a la media nacional, del 21,8%.

La crisis sorprendió a las familias con un alto endeudamiento pese al aumento de ingresos

La crisis sorprendió a las familias con un alto endeudamiento pese al aumento de ingresos

El 98,7% de los hogares españoles dispone de cuentas corrientes, libretas o depósitos en bancos, cajas o cooperativas de ahorro

22.10.09 -
 
La recesión pilló a las familias españolas con muchos compromisos de pago. En la primavera de 2008, con la crisis financiera internacional ya en marcha, pero mucho antes de que sus efectos se hubieran trasladado a la economía real, el 31,9% de los hogares tenía créditos pendientes por la compra de la vivienda que habitaban, otro 6,7% debía hacer frente a préstamos por la adquisición de una segunda residencia, el 17,7% destinaba parte de sus ingresos a las letras correspondientes a bienes de uso duradero y un 9,8% pagaba a plazos muebles o electrodomésticos.
Por esas fechas, un 4,2% de las familias ya estaba en 'números rojos' en su cuenta bancaria, el 3,1% había dejado de abonar los importes previstos en su tarjeta de crédito y el 5,4% arrastraba retrasos en el pago de sus facturas domésticas (hipoteca o alquiler, recibos del gas, la luz o la comunidad). Finalmente, el 2,1% tuvo retrasos en el desembolso de compras aplazadas y otros préstamos no relacionados con la vivienda principal.
Es la radiografía social que presenta la Encuesta de Condiciones de Vida elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, un trabajo que cada año profundiza en un aspecto de la situación económico y social de los hogares. La realizada en 2008 se centró en el sobreendeudamiento y la exclusión financiera. Y sus resultados apuntaban claramente a las dificultades domésticas que se avecinaban.
No sorprende
Que lo peor estaba por venir se intuye al comprobar que el cumplimiento de los compromisos económicos por parte de las familias está estrechamente ligado a la situación laboral de sus miembros. Ya en 2008 -cuando la tasa de paro estaba en el 10,44%- los retrasos medios en los pagos de gastos relacionados con la vivienda se multiplicaban por tres, disparándose hasta un 16,4% en los hogares con todos los activos parados, que entonces eran 577.000. A nadie extraña la escalada de los impagos cuando el desempleo roza el 18% y el número de familias con todos sus miembros en desempleo supera con creces el millón (1.118.000).
El lado positivo de la consulta es la ausencia de exclusión financiera en la sociedad española. La acción combinada de bancos, cajas y cooperativas de crédito ha puesto los servicios financieros al alcance de todos los ciudadanos españoles. El 98,7% de los hogares dispone de cuentas corrientes, libretas de ahorro o depósitos. Y el 63,1% utiliza tarjetas de crédito.
Pero a mediados de 2008 las familias ya empezaban a sospechar que la época de bonanza había concluido. Entre abril y junio de ese año, una de cada cuatro -concretamente, el 26,2% de las encuestadas- anticipaba un empeoramiento económico en los doce meses siguientes. El 54% no anticipaba cambios y el 16,7% se declaraba optimista.
En 2007, el ingreso monetario neto por hogar se elevó a 26.010 euros anuales, un 6% superior al del año precedente. Incluso en esos tiempos de bonanza, el ingreso medio por familia mostraba notables diferencias según el cabeza de familia -'persona de referencia', le llama el INE en un lenguaje políticamente correcto- fuera una mujer o un varón. En el primer caso se limitaba a 23.706 euros y en el segundo ascendía a 27.411 euros. De igual modo, la renta se disparaba en las familias en la medida en que el grado de formación de la persona de referencia fuera mayor.
El año 2008 coronó una trayectoria de sensible mejora en los presupuestos domésticos. Todavía el 28,1% de hogares no podía afrontar gastos imprevistos, el 33,5% no estaba en condiciones de salir de vacaciones ni siquiera una semana al año y el 5,3% consideraba inabordable el gasto de mantener la vivienda a la temperatura adecuada en los meses fríos. Pero esos porcentajes habían descendido de forma notable en años anteriores.
En el pasado ejercicio, una de cada dos familias disfrutaba de una vivienda en propiedad sin las ataduras de una hipoteca. Un 8,4% pagaba arrendamiento a precio de mercado. Cada hogar destinó mensualmente 296 euros a gastos relacionados con su domicilio, pero las diferencias eran notables: para las familias residentes en viviendas alquiladas el recibo ascendió a una media de 599 euros mensuales, frente a los 467 euros de las propietarias hipotecadas y los 158 euros de gasto de quienes habitaban su propia vivienda y estaban libres de las cargas bancarias.

martes, 20 de octubre de 2009

Caen los accidentes laborales, pero aumentan los muertos


Caen los accidentes laborales, pero aumentan los muertos

Martes, 20 de Octubre de 2009 13:18 SUPLEMENTOS - El Mercado

NURIA FERNÁNDEZ IGLESIAS /Jaén
Las diferentes campañas para concienciar a trabajadores y empresarios sobre la importancia de la prevención parecen surtir efecto: los siniestros laborales se redujeron en un 10,82 por ciento, en Jaén  el año pasado respecto a 2007.

En Andalucía, el descenso fue incluso más acusado, ya que la cifra de víctimas de accidentes en el tajo cayó de las 165.091 en 2007 hasta las 138.134 en 2008, según las cifras reflejadas el Informe sobre la Situación Socioeconómica de Andalucía 2008, publicado por el Consejo Económico y Social (CES) de la comunidad a finales del pasado mes de septiembre, procedentes de las estadísticas del Ministerio de Trabajo e Inmigración. Sin embargo, Jaén se desmarca de la tendencia andaluza en lo referente a las víctimas mortales. 
La parte más trágica del mundo laboral se cebó, el año pasado, con la provincia. En relación a la gravedad de los accidentes, hay destacadas diferencias entre las provincias andaluzas. Mientras que en Málaga, Cádiz y Almería se redujo considerablemente, en términos relativos, el número de accidentes mortales, Córdoba, Granada, Huelva y Sevilla sufrieron un ligero ascenso. Pero el informe del CES destaca el crecimiento "espectacular" del número de muertes en Jaén, donde se multiplicaron. Las siete personas que perdieron la vida en 2007 se convirtieron en dieciséis un año después. El sector de la construcción fue la rama laboral en la que más desgracias se produjeron, con un total de siete muertos, aunque también era la que a más personas empleaba. Fueron tres los agricultores y ganaderos que fenecieron, todos ellos, durante la jornada laboral. Sólo una persona, empleada en el sector servicios, murió mientras se dirigía a su lugar de trabajo.
Datos más actualizados, publicados por el Ministerio de Trabajo en su página web, dan cuenta de siete personas fallecidas entre enero y agosto de 2009, en la provincia. Todas ellas, en jornada laboral y, todavía, no ha habido que lamentar ningún accidente mortal "in itinere".
Los sectores de actividad que mayor siniestralidad presentaron en 2008 fueron servicios y construcción en Andalucía, con un 73,3 por ciento de accidentalidad, aunque, el aumento del desempleo en el primero de ellos ocasionó algunas variaciones: mientras que la construcción redujo su peso en más de cinco puntos porcentuales, la accidentalidad en los servicios aumentó su proporción en 4,5 puntos. El informe destaca que los porcentajes referentes a agricultura y pesca e industria crecieron en el total, aunque muy levemente. Datos referentes a Jaén, en particular, sitúan la mayoría de los accidentes de trabajo en el sector servicios -el más que a más gente emplea-, donde en 2008 hubo 3.319 bajas. También aquí se produce un caso fuera de lo habitual, pues los incidentes en la industria superan, aunque de manera poco significativa, a los de la construcción (2.086 accidentes en el primero y 2.034, en el segundo).
Aunque las cifras referentes a Jaén no tienen nada que ver con las que registraba el Ministerio de Trabajo allá por 1999 y se ha reducido de manera considerable la siniestralidad, está todavía lejos de las tasas de accidentalidad que mantienen otras comunidades autónomas como Asturias, Baleares, Galicia, País Vasco o La Rioja.
menos altas. A nadie pasa desapercibido que un descenso en las cifras absolutas de accidentes laborales no significa una mejora en las estrategias de prevención de riesgos, al menos, en estos dos años, en los que el número de personas empleadas descendió en millones. Es por eso que, para valorar correctamente el descenso observado tienen en cuenta la población afiliada a la Seguridad Social, o lo que es lo mismo, el número de trabajadores que pueden entrar, en algún momento, en estos indicadores. Esta variable se conoce como "índice de incidencia y se representa en valores relativos. Muestra la importancia del número de accidentes en función del número de personas afiliadas a la Seguridad Social. Así, el informe del CES apunta que, aunque la población en activo disminuyó, los siniestros laborales lo hicieron en mayor medida, lo que indica una reducción del índice de incidencia. Entre 2007 y 2008 fue en un diez por ciento. Si se atiende a  los datos referentes a mortalidad laboral desde 1999, se puede observar cómo el índice se situaba en 12,6 en Jaén, casi el doble que en 2008, cuando se situó en el 6,8 por ciento.
Como no, los peones de agricultura y pesca, de la construcción, de la industria de manufactura y de transportes son los que se llevan la peor parte, ya que aglutinan 2.121 incidentes de los más de ocho mil producidos. Los menos accidentados fueron los directores de las empresas y de las administraciones públicas -sólo 43) y les siguen los técnicos y profesionales de apoyo y los técnicos y profesionales científicos e intelectuales, que sufrieron poco más de cien bajas: 112 el primer y 151, los trabajadores en la segunda rama.

jueves, 15 de octubre de 2009

EL OBISPO DE JEREZ PIDE AL ARZOBISPO DE PARIS QUE INTERCEDA ANTE LA DIRECCIÓN DE LA MULTINACIONAL SAINT GOBAIN

lunes 5 de octubre de 2009

EL OBISPO DE JEREZ PIDE AL ARZOBISPO DE PARIS QUE INTERCEDA ANTE LA DIRECCIÓN DE LA MULTINACIONAL SAINT GOBAIN

Es la compañía francesa propietaria de la fábrica de botellas de Vicasa en Jerez, cuyo cierre anunciado amenaza a los 250 trabajadores y sus familias

Monseñor José Mazuelos Pérez, obispo de Asidonia-Jerez, ha cumplido el compromiso contraído con los trabajadores de la fábrica de botellas de Vicasa, con cuyos representantes se reunió la semana pasada, de remitir una carta al Cardenal-Arzobispo de París, Monseñor André Armand Vingt-Trois.

El objetivo de esta epístola es solicitarle que interceda ante la dirección de la multinacional Saint-Gobain, propietaria de la factoria jerezana y con sede en la capital francesa, para que se ceje en el empeño del anunciado cierre de una fábrica que amenzaría el bienestar de los 250 trabajadores y sus familias.

El escrito, que introduce al pastor parisino en la situación socio económica española, y andaluza en particular, tan agudizada en estos tiempos de crisis, le indica cuál es la situación laboral creada en este caso y cómo la ciudad se ha unido para luchar contra el cierre de la fábrica de botellas.

Del mismo modo, recuerda la última encíclica de Benedicto XVI: "Tengo en mente el pensamiento de Su Santidad expresado nítidamente en la reciente carta encíclica 'Caritas in veritate'. En ella se expone claramente que la relación entre personas, y entre empresas y trabajadores, no debería regirse por el puro resultado económico".

Comunicado de la Pastoral Social

Por su parte, y en respuesta a un segundo compromiso adquirido por Monseñor Mazuelos en la reunión mantenida el pasado 28 de septiembre con los miembros del Comité de Empresa de Vicasa y los representantes sindicales, la Pastoral Social de la Diócesis ha emitido una carta que será dirigida a las parroquias, religiosos y religiosas de Asidonia-Jerez.

COMUNICADO DE LA DELEGACIÓN DE PASTORAL SOCIAL SOBRE LA EMPRESA VICASA

LUNES 5 DE OCTUBRE DE 2009

Animados por nuestro Obispo y en su nombre, la Delegación de Pastoral Social de la Diócesis de Asidonia-Jerez ante el anunciado cierre de la empresa VICASA, más conocida como la Fábrica de Botellas, y el consiguiente despido de sus trabajadores y trabajadoras, quiere manifestar lo siguiente:

1. A la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, rechazamos la decisión de la empresa que viene a aumentar el número de personas desempleadas de nuestra zona porque responde a criterios exclusivamente económicos de los propietarios, sin tener en cuenta el bien común y los legítimos intereses de los trabajadores y trabajadoras que verán cercenados sus proyectos de futuro y deseos de vivir dignamente.

2. La Iglesia diocesana expresa su solidaridad y apoyo a los trabajadores y trabajadoras de VICASA y a sus familiares. Animamos su lucha pacífica en defensa de sus derechos y justas reivindicaciones apoyando con nuestra presencia cuantas acciones vayan convocando. Quien ama con caridad a los demás, es ante todo justo con ellos. No basta decir que la justicia no es extraña a la caridad, que no es una vía alternativa o paralela a la caridad: la justicia es inseparable de la caridad, intrínseca a ella. (Caritas in veritate 6.)

3. El Papa Benedicto XVI en el nº 9 de su Encíclica "Caridad en la verdad" afirma: "La Iglesia no tiene soluciones técnicas que ofrecer y no pretende de ninguna manera mezclarse en la política de los Estados. No obstante, tiene una misión de verdad que cumplir en todo tiempo y circunstancia a favor de una sociedad a medida del hombre, de su dignidad y de su vocación". Por ello, cada persona creyente debe colaborar, en la medida de sus posibilidades, en la construcción de ese tipo de sociedad.

4. Elevamos nuestra oración a Dios para que ilumine a las personas responsables de buscar justas soluciones a este conflicto y para que fortalezca a las personas directamente perjudicadas en esta situación.

 

miércoles, 14 de octubre de 2009

Astillero en el dique seco

 La paradoja es que tiene carga de trabajo

Astillero en el dique seco

Trabajadores de la fábrica de barcos concentrados a las puertas de la planta. | Jesús Morón

Trabajadores de la fábrica de barcos concentrados a las puertas de la planta. | Jesús Morón

  • La plantilla lanza un SOS a las administraciones para salvar la factoría
  • La SEPI vendió la planta sevillana hace tres años por 600.000 euros
  • Tiene carga de trabajo, pero no capacidad para contratar al personal necesario
  • Los trabajadores temen que se anulen los pedidos por incumplimiento de plazos

Antonio Salvador | Sevilla

Actualizado miércoles 14/10/2009 06:02 horas
 

Ha logrado sobrevivir a cinco reconversiones en las cuatro décadas que lleva trabajando en el astillero de Sevilla, pero la amenaza del cierre vuelve a cruzarse en el camino de Vicente Sanchís y del resto de los obreros navales que quedan en la vieja factoría junto a la esclusa.

No han transcurrido ni tres años desde que la Sociedad Española de Participaciones Industriales (Sepi) vendió por 600.000 euros a una empresa participada por Astilleros de Huelva (80%) y el grupo balear Contenemar (20%) la planta sevillana, uno de los buques insignias de la industria naval española. La recesión económica no había puesto todavía la proa y la nueva propiedad dibujaba un envidiable futuro.

El presente es bien distinto. La plantilla ve un peligro de "cierre inmediato" por los problemas financieros que atraviesa la empresa, que le impide acometer las contrataciones de personal externo que necesita para poder entregar los pedidos en los plazos firmados antes de que los armadores rescindan los contratos. Eso sería la puntilla, de ahí que los trabajadores se hayan apresurado a lanzar un SOS a las administraciones públicas.

"Sabía que los problemas no se habían acabado, sino que iban a aumentar. La estructura financiera que necesita un astillero de esta envergadura es difícil de mantener por una empresa privada. Si con el sector público teníamos problemas para el mantenimiento de la rentabilidad, con el privado...", sostiene al referirse a la privatización Vicente Sanchís, el trabajador con más antigüedad (41 años).

Normalidad hasta marzo

Todo transcurría con normalidad hasta marzo. Incluso el comité de empresa había aceptado que se prolongaran las jornadas más allá del horario habitual, pero llegó el momento de que la empresa incrementara las contrataciones para poder acometer los pedidos. "Fue cuando vimos que el dinero le escaseaba", recuerda Gregorio Mora (CCOO), presidente del comité.

A día de hoy, Astilleros de Sevilla adeuda a su plantilla la nómina de septiembre y dos mensualidades a los operarios de la industria auxiliar. Con todo, Mora considera que los atrasos no son la cuestión más preocupante en este momento. Paradójicamente no es tampoco, como otras veces, por falta de trabajo. La planta tiene faena para 1.400 personas durante año y medio. Pero no tiene músculo financiero para poder subcontratar la plantilla y las materias primas que necesita para poder acometer los pedidos.

Un dato lo dice todo. Tan sólo 40 obreros trabajan en estos momentos en la construcción del ferry encargado por el armador finlandés Viking Line, cuando debería haber 700. "Se está terminando el acero, pero falta el cableado, las tuberías, la acomodación... Con la plantilla que hay no se da abasto y se corre el riesgo de que se cancelen los barcos", advierte Gregorio Mora. Y agrega: "La losa grande será si se anulan los pedidos. Entonces la situación será insalvable".

Entre los trabajadores está extendido el convencimiento de que los problemas financieros que atraviesa el astillero onubense -accionista mayoritario- ha terminado "arrastrando" a la planta sevillana, a la que se transfirió carga de trabajo pero en la que no se reinvirtió el dinero. En Huelva, la empresa ha presentado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para 257 trabajadores, de los que 134 son de Astilleros y el resto de la industria auxiliar (Nueva Lima e Instalaciones Industriales y Navales de Huelva).

La Junta de Andalucía ya ha dejado claro que sólo apoyará la industria naval si se pone encima de la mesa un plan industrial, que pasa inevitablemente por el desembarco de nuevos accionistas.

martes, 6 de octubre de 2009

Los inmigrantes son los más afectados

La tasa de paro supera en diez puntos la de los nacionales

Los inmigrantes son los más afectados

Cada vez más extranjeros quieren trabajar y la tasa de población activa alcanza el 77,5%

 

EUROPA PRESS Los extranjeros son el colectivo trabajador más afectado por la crisis económica y el paro, pues además de sufrir más el desempleo que los trabajadores nacionales, tienen más problemas para encontrar un puesto de trabajo, debido a su vinculación con los sectores más dañados por la recesión, según un informe de Randstad.

De hecho, los trabajadores extranjeros presentan una tasa de desempleo 10 puntos superior a la de los españoles (28% frente a 18%) y, además de estar ligados a los sectores económicos donde más se ha cebado la crisis, su inserción en el mercado laboral se ha producido en puestos de baja cualificación, lo que les impide recolocarse ahora con facilidad.

La mujer pide trabajar

Además, Randstad observa en su informe que cada vez son más los inmigrantes que quieren empezar a trabajar, en especial las mujeres, de manera que la tasa de población activa del colectivo se sitúa actualmente en el nivel del 77,5%, frente al 60% de los españoles.

Esta compañía de recursos humanos y trabajo temporal apunta en su análisis a que, en un principio, el crecimiento del desempleo entre los extranjeros se debió al pinchazo de la construcción y después a la caída de la industria y los servicios. "De ahí que hayan sido ellos los que primero notaron la crisis y los que, en general, llevan más tiempo parados", señala el informe.

Así, el paro entre los inmigrantes afectó primero a los varones, empleados generalmente en la construcción y la industria, y más tarde a las mujeres, que ocupaban principalmente puestos de baja cualificación en los servicios (hostelería, restauración, limpieza, etc.).

Tres de cada diez nuevos parados son españoles

Tres de cada diez nuevos parados son españoles

Aseguran que si el salario mínimo fuese más bajo, la tasa de desempleo sería menor

EUROPA PRESS La destrucción de empleo en España sigue siendo la más profunda de la UE, hasta el punto de que tres de cada diez nuevos parados de la UE al cierre de 2009 serán españoles, según el 'Euroíndice Laboral de IESE-Adecco'.

Así, la tasa de paro de la UE se incrementará en 2,5 puntos porcentuales, hasta el 10,3% al final del año, pero si se excluye a España del cálculo, el incremento se reduce a 1,8 puntos porcentuales.

En cifras absolutas, España ha sufrido el mayor recorte en el número de ocupados, con una pérdida interanual de 1,4 millones de empleo (-7,2%). Esto implica que prácticamente uno de cada dos empleos perdidos en la UE en los últimos doce meses han sido españoles.

El SMI es un 7,5% más alto que en Europa

Por el contrario, el salario mínimo interprofesional (SMI) español supera en un 7,5% la media europea, con 728 euros frente a los 678 euros de media en la UE. Además, es el que más se ha incrementado, hasta un 71% entre 2000 y 2009.

Según la empresa de trabajo temporal, "teniendo en cuenta que el incremento del salario mínimo tiende a elevar la tasa de desempleo en España", si en 2008 esta remuneración hubiese sido de 447 euros en lugar de 728 euros, la tasa de desempleo podría haber sido de un 10,3% y se habrían salvado 228.000 ocupados más.

Así, el informe señala que la fijación de un mínimo en las remuneraciones conlleva "dificultades prácticas insolubles" que hacen que éste incida negativamente en el nivel de ocupación. "En lugar de favorecer a los más desprotegidos, el salario mínimo puede afectar negativamente la inserción laboral de aquellos con menor formación", concluye.

lunes, 5 de octubre de 2009

Nueva muerte en el trabajo en Andalucía

 



Se ha producido una nueva muerte en el trabajo en Andalucía.

Sevilla, 5 de octubre de 2009

  

El viernes se produjo una nueva muerte en el trabajo en Andalucía.

 

Un trabajador, de 44 años de edad,  falleció en la localidad granadina de Huéscar tras caer desde una altura de ocho metros mientras se encontraba trabajando en una cantera de mármol. El accidente laboral tuvo lugar alrededor de las 8:15 horas cuando el trabajador sufrió un fuerte golpe en la cabeza tras caer sobre unas rocas.

"NO MÁS MUERTES EN EL TRABAJO, EL TRABAJO ES PARA LA VIDA "

"QUE LOS OBREROS MUERTOS EN EL CAMPO DE HONOR DEL TRABAJO Y DE LA LUCHA DESCANSEN EN PAZ"  

Delegación de Pastoral Obrera.

Archidiócesis de Sevilla.