viernes, 18 de noviembre de 2011

La patronal agraria de Córdoba sigue pidiendo trabajadores inmigrantes

 

La patronal agraria de Córdoba sigue pidiendo trabajadores inmigrantes

El Gobierno rechaza la solicitud para contratar 2.600 peones extranjeros

MANUEL J. ALBERT - Córdoba - 17/11/2011

Solo en el sector agrícola, los demandantes de empleo en la provincia de Córdoba suman 45.000 personas, según cifras de la Subdelegación del Gobierno. A ellos se les suman más de 3.000 despedidos del sector de la construcción que están dispuestos a probar suerte como peones agrarios. Pero, a pesar de todo, los empresarios agrícolas han vuelto a mirar hacia Rumania. La subdelegación del Gobierno ha respondido a los empresarios agrícolas con un claro no. El Gobierno insiste en que los empresarios deben usar mano de obra local o extranjera residente en España.

El Estado ha limitado la llegada de contingentes extranjeros

En total, según cifras del Gobierno, se han solicitado con la intermediación de las asociaciones agrarias Asaja, Coag y UPA la presencia de unos 2.600 jornaleros extranjeros, muchos procedentes de Rumania, para la campaña de la aceituna y la naranja. Estas recolecciones requieren, en conjunto, la presencia de algo más de 40.000 trabajadores, lo que suponen entre 3 y 4 millones de peonadas.

Oficialmente, detrás de esta petición de brazos extranjeros se encuentra la confianza que los empresarios agrícolas tienen en unos trabajadores que les salvaron los cuartos cuando el boom de la construcción vació de jornaleros los campos. "Llegamos a traer contingentes de hasta 7.000 personas de Rumania cuando aquí nadie quería trabajar en las campañas", recuerda Francisco Garrido, secretario provincial de Coag. "Les pagábamos el viaje y el alojamiento. Y al terminar la campaña, se volvían a su país. La experiencia fue positiva y a pesar de ir reduciéndose el número, los empresarios repitieron", prosigue.

Hasta aquí, la explicación formal que todo empresario da en público. Pero en voz baja, la realidad que se expone es más dura. Y en líneas gruesas se resume en que los trabajadores inmigrantes contratados en origen trabajan más por menos, resignados a no cumplir las condiciones del convenio laboral firmado y a no protestar. "No quiero decir que sea algo generalizado, pero ocurre. Un gran propietario me contó que en la campaña del año pasado contrataba a los rumanos para trabajar ocho horas al día por sólo 20 euros", señala un agricultor que prefiere no dar su nombre. El convenio del campo vigente en Córdoba limita la jornada a seis horas y cuarto (39 semanales) a un precio de 41,19 euros por día.

La negativa del Gobierno a aceptar el número de trabajadores rumanos solicitados, se apoya en una decisión del Ejecutivo tomada el 22 de julio por la que se reactivaban las restricciones a la contratación de obreros de esta nacionalidad, que ya se puso en práctica en 2008. De esta forma, se impide la llegada de contingentes masivos y la contratación se limita a personas individuales con contrato de trabajo o a rumanos que ya estuviesen trabajando antes de esa fecha.

La organización agrícola más fuerte de la provincia, Asaja, afirma que ellos aconsejan a sus asociados que apuesten por la contratación local. "Les pedimos que mantengan esa prevalencia, pero algunos, por circunstancias particulares, piden obreros extranjeros, pero no es algo que ellos prefieran", afirma el presidente de Asaja en la provincia, Ignacio Fernández de Mesa. Esta organización ha tramitado ya la llegada individual de unos 350 trabajadores rumanos.

Otras voces del sector alertan de que la mano de obra que se solicita se limita a hombres, relegándose la contratación de mujeres. A Fernández de Mesa no le consta, pero expertos consultados señalan que es un hecho que viene dándose desde hace varias campañas.